lunes, 3 de noviembre de 2008

Educación Pública

Por su posible interes para la comunidad, publicamos un articulo aparecido en prensa local.

¿Qué están haciendo con la educación pública?

Desde el curso pasado se está produciendo un proceso de desmantelamiento sin precedentes del sistema educativo canario. El desembarco en las últimas legislaturas de la mentalidad economicista en la Consejería de Educación se ha traducido en una obsesión por ahorrar y escatimar recursos en aras de alcanzar una mayor eficiencia.

Desde la anterior legislatura se ha acometido sistemáticamente la labor de desmantelar las escuelas rurales por "poco rentables", impulsar los grupos mixtos -juntando incluso tres niveles en un grupo-, suprimir muchos puestos de profesorado de apoyo; contribuir al deterioro de la enseñanza de idiomas, de la música y del deporte -ejemplo de ello es la reciente supresión del segundo idioma en 1º de Bachillerato-, recurrir a la subcontración de los servicios de trasporte escolar, comedores escolares y actividades extraescolares y un largo etcétera.

Lo que llevamos de legislatura se ha caracterizado por el empecinado enfrentamiento de la Consejera de Educación con el colectivo de docentes por el tema de la homologación. Muchas de las medidas que últimamente está aplicando la Consejería de Educación son claramente populistas, y algunas de ellas pensadas para enfrentar al colectivo de familias con los docentes. Por ejemplo, la acogida temprana y el refuerzo educativo son actividades necesarias, y deberían recibir una acogida favorable por parte de las familias. Sobre todo la primera, pues puede facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral de las madres trabajadoras. No obstante, desde que la Consejería plantea que estas medidas son "contrapartidas" de la homologación, generan sospecha. Posteriormente estas medidas forman parte de la llamada Mesa de Calidad por la Educación en Canarias. La respuesta del profesorado ante esta propuesta ha sido minoritaria, por lo que a continuación la Consejería ofrece este servicio a las APAS para que lo gestionen. Esta medida puede generar en algunas asociaciones la sensación de que "el profesorado no quiere trabajar más, pero luego sí que piden más dinero y nos toca a las APAS asumir más trabajo del que por sí ya tenemos".

Otra medida populista es la tarjeta para la compra de libros introducida este curso con gran despliegue informativo. Hay que recordar que el sistema de distribución, en calidad de préstamo, de libros gratuitos ya se venía realizando en cursos anteriores. ¿Cuál es la diferencia entre los dos procedimientos? Las diferencias con el anterior método estriban fundamentalmente en el impacto más directo sobre las familias y la sensación de favor recibido. Los padres recogen directamente en mano el dinero -bueno, la tarjeta-, con lo que se da la sensación de "qué buena es esta Consejería, confía en nosotros y nos da los libros directamente". Este efecto se consigue con más contundencia con el sistema de tarjetas que si los libros los da al colegio. ¿Por qué perjudica al profesorado esta medida? Por la sobrecarga de trabajo que conlleva organizar la entrega de las tarjetas, dar información a los padres y a las madres, aguantar las reclamaciones sobre las tarjetas, tener que hacer las complicadas gestiones para resolver estos problemas (encontrar por teléfono en la Consejería a alguien que aclare las dudas, que diga qué se tiene que hacer...), informar a los padres de las consultas realizadas... En resumen, si algo no funciona bien ¿a quién le echarán la culpa los padres?

Otra medida anunciada a "bombo y platillo" es el Plan Canario de Formación y Participación de las Familias. Este plan ha surgido, también, de las demandas de las familias y de su deseo de participar, desde la óptica de responsables de la educación de sus hijos e hijas, en el proceso de toma de decisiones colegiadas con el colectivo de docentes para la mejora del servicio educativo. Pero si analizamos el modelo de formación propuesto veremos que la formación consistirá en una serie de cursillitos sobre nutrición, crianza y alguna cosita más.

Me resisto a concluir sin mencionar dos cuestiones más. La primera se refiere a la progresiva y sistemática supresión de auxiliares educativos de los centros que los tenían. Esta medida atenta gravemente a la respuesta educativa apropiada para el alumnado con necesidades educativas especiales. A este alumnado sólo le queda la opción de ser escolarizado en un aula enclave o en un centro de educación especial, cuando con apoyos suficientes podría disfrutar de oportunidades educativas similares a las de sus compañeros y compañeras. La segunda se refiere a los recortes en los servicios de apoyo. Con la circular de principio de curso los equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógicos han visto mermado el tiempo de dedicación a los centros públicos por la obligación de dedicar parte de sus actividades a atender a los centros privados concertados, evidencia de la política de apoyo de la Consejería al sector privado.

Por más que lo pienso no encuentro respuesta a cómo se puede desarrollar Canarias sin impulsar una educación pública de calidad.

¿Cómo se desarrollará Canarias si se continúa desmantelando la educación pública?

Juan Castro

(Asociación de Madres y Padres del CEIP Maximiliano Gil Melián,

Tacoronte)

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