Aún estamos a tiempo de participar mañana viernes, día 27 de mayo, en el festival de canarias en el colegio. Acude, y acompaña a tus niños y niñas en este dia bonito de las tradiciones y la cultura canarias.
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Para celebrar este día les regalamos estos versos del poeta canario Nicolás Estévanez Murphy, que expresa lo que es ser canario muy lindo:
La sombra de un almendro
la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza.
Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra.
A veces por el mundo
con mi dolor a solas
recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras.
A veces con delicia
mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas.
Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,
pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas.
A mi no me entusiasman
ridículas utopías,
ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la historia.
Ni en los estados pienso
que duran breves horas,
cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras.
A mi no me conmueven
inútiles memorias,
de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas.
La sangre de mis venas,
a mi no se me importa
que venga del Egipto
o de las razas céltica y godas.
Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,
y vivirá cual ella
hasta que el mar inunde aquellas costas.
La patria es una fuente,
la patria es una roca,
la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza.
La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,
la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa.
Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,
donde la mar se estrella
en espuma rompiéndose y en notas.
Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño
como los riscos donde vi la aurora...
Nicolás Estévanez Murphy
Nicolás Estévanez Murphy
Nació en Las Palmas de Gran Canaria, en el edificio donde se hallaba instalada la Inquisición, en el seno de una familia burguesa que tenía su residencia habitual en la isla de Tenerife. Su padre, Francisco de Paula Estévanez, era un militar progresista de origen malagueño y su madre, Isabel Murphy y Meade, procedía de una familia de comerciantes de origen irlandés. Desde niño se trasladó con su familia al barrio lagunero de Santa María de Gracia (Tenerife), en donde transcurriría su infancia.
En 27 de noviembre de 1871, estando destinado en Cuba como capitán, se le encomendó que cumpliera la sentencia de muerte contra ocho estudiantes que habían sido condenados en consejo de guerra pero Nicolás Estévanez se negó a cumplir la sentencia diciendo que “antes que la patria están la humanidad y la justicia”. Por este motivo fue expulsado del ejército pero nunca se arrepintió de lo que había hecho. Hasta hoy existe una placa en la fachada del Hotel Inglaterra en La Habana que recuerda el lugar y el hecho.
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